¡Mi dedal! no puedo vivir sin el. Me costó mucho empezar a usarlo pero mi dedo del corazón me lo agradece cada vez que coso o bordo.

Y como ando de investigadora, les quiero compartir algo de su historia.

El dedal que sirve para empujar la aguja cuando se da una puntada, ya se empleaba en el Antiguo Egipto. En las tumbas de los faraones se hallaron pequeños dedales de cuero utilizados por las reinas, muy hábiles en el arte de coser y de bordar.

Hay dedales hallados en el norte de Rusia, en Italia y en Francia, hechos de huesos, bronce o marfil, muy parecidos a los de la actualidad.

En China, las damas de la más alta sociedad usan dedales de gran valor. A veces hechos de perla, especialmente trabajadas y adornados con oro cincelado.

Durante la mitad del siglo XVII, los jóvenes de la nobleza, ofrecían a sus novias dedales artísticos de oro o plata.

Cuanta historia en tan pequeña herramienta. Yo lo uso continuamente, ¡hay que ver sus abolladuras! pero…¿tu lo usas o lo usarías? .