Desde la Antigüedad, las flores han sido una vía para dar a conocer y transmitir sentimientos.

El lenguaje de las flores tiene sus orígenes en Oriente y se ha transmitido de generación en generación y de cultura en cultura, pasando por el Antiguo Egipto, la Edad Media, El Renacimiento, hasta llegar al Romanticismo, época de su máximo apogeo.

Se cree que el lenguaje de las flores comenzó en Constantinopla en el año 1600 y se introdujo en la cultura occidental en el año de 1716.


El lenguaje de las flores, a veces llamada, floriografía, fue un medio de comunicación en la época Victoriana, en donde variadas flores y arreglos florales se usaban para enviar mensajes codificados, sirviendo así para expresar unos sentimientos que, de otro modo, nunca se podría exteriorizar.


Todas las flores cuentan con un lenguaje propio y con cada una de ellas se puede transmitir un mensaje diferente: amistad, respeto, admiración…


Cuanto por saber de las flores, aunque un ramo recibido de la persona que amamos es algo mágico e increíble.